Thursday, October 22, 2015

Plantación de Iglesias y los 5 Dones de Liderazgo: Efesios 4:1-12

El Nuevo Testamento en varios lugares describe dones o “carismas” (que significa literalmente “gracias”) dadas al cristiano por el Espíritu Santo. Describe dones de administración, compasión, lenguas, sanación, liderazgo entre otros. Todas son necesarias para que el cuerpo de Cristo trabaje de una manera sana y madura.

El libro de 1 Corintios describe una situación de desequilibro y caos que resulta cuando los dones del Espíritu se convierten en un “show,” un fin en sí y un motivo de orgullo, como tristemente se ha visto también hoy en día en ciertas iglesias. Sin embargo, no por esta razón debemos abandonar los dones. En vez debemos aspirar a Dios que nos los de (1 Corintios 14:1). El propósito de todos estos dones son para la “edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12). Para plantar iglesias, para hacer la misión que Cristo nos encomendó es esencial entender los dones del Espíritu.

Efesios 4 habla de lo que se han llamado los cinco dones de liderazgo. Estos son cinco dones esenciales para la expansión misionera y madurez de la iglesia. En mi experiencia todo líder tiene por lo menos uno de ellos. Son como cinco piezas principales de un rompecabezas que juntos forman un increíble diseño. Para que una congregación crezca y se multiplique es necesario reconocer, bendecir y soltar estos cinco dones.

Es importante recordar que Pablo los llama dones; no son primeramente títulos o cargos profesionales.  Es posible, por ejemplo, que alguien que tenga el puesto o título de pastor  en una iglesia no tenga el don de pastor. Esto, obviamente crea una situación no deseable, pero tristemente es muy común. A la vez, en esa misma congregación puede existir un niño que tiene uno de estos dones, pero no se ha desarrollado todavía. O puede existir un feligrés que tiene el don de pastor o de maestro pero no se le ha dado el permiso o reconocimiento para ejercer el don que tiene. Como punto aparte parece ser que estos dones son dadas sin diferencia a hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos (Hechos 2:17-18). Con experiencia y capacitación todo miembro de la iglesia puede (¡y debe!) servir y ayudar en la expansión y multiplicación de la iglesia.

Miremos uno por uno estos cinco dones.

Pastor. El que tiene el don de pastor se preocupa principalmente por el cobijo y cuidado de ovejas. Siempre se le puede reconocer al que tiene el don de pastor porque es una persona a la cual todos acuden cuando tienen problemas y necesitan un consuelo o consejo. Los que tienen este don desarrollado tienen una capacidad enorme para demostrar compasión. Algunos ejemplos bíblicos e históricos:  El apóstol Juan (véase 1 Juan) y el  Pastor Rick Warren (Iglesia Saddleback, California, EE.UU.).

Profeta. Este es uno de los dones mas malentendidos en la actualidad. La persona que tiene el don de
Martín Lutero
profeta tiene una habilidad dada por Dios de discernir entre lo falso y lo correcto. No es tanto hablar del futuro (aunque vemos unos ejemplos de esto en Hechos  como en Hechos 11:28) sino de discernir el presente. Son como un radar que detecta hipocresía y falsedad dentro de la Iglesia.  Cuando ven falsedad o pecado, se les es muy difícil no señalarlo. En la Biblia los profetas tenían el cargo de llamar al pueblo de Dios de regresar a la palabra de Dios cuando se habían alejado. A nadie le gusta que le apunten el dedo y que se les señale su pecado. En ese sentido los profetas son como una dosis de quimioterapia: esencial para quitar el cáncer, pero a le vez muy potente y hasta dañino si uno recibe demasiado. Por eso los profetas son muy perseguidos. Los profetas también se preocupan mucho por la necesidad de los pobres y los marginados.

Ejemplos Bíblicos e históricos: profetas Ezequiel, Isaías, Jeremías, Oscar Romero (Mártir y Obispo Católico Romano en El Salvador), Martin Lutero (Reformador Protestante), Martin Luther King Jr. y Rosa Parks (que pelearon por los Derechos Civiles de Afro-Americanos en EE.UU.), Madre Teresa de Calcuta.

Rev. John Stott
Maestro. El maestro se apasiona por enseñar y estudiar la palabra de Dios. Pueden quedarse horas estudiando el significado de una palabra en el idioma original de la Biblia. El fruto de su trabajo es que el pueblo de Dios es alimentado y que crece como un bebé bien alimentado. Su deseo es que el pueblo de Dios puede entender y poner en práctica la palabra de Dios. Los que tienen este don les encanta estudiar teología e interpretación Bíblica.

Ejemplos: Apóstol Pedro, Rev. John Stott (Pastor y escritor anglicano), Samuel Escobar (Escritor y teólogo Peruano), Ernesto Padilla (Teólogo Argentino).




Luis Palau
Evangelista. El o la evangelista es una persona que fácilmente habla con amigos, vecinos, compañeros de trabajo y familiares acerca de Cristo. Casi sin intentarlo, hablan de su relación con Dios y de lo que él ha hecho en su vida. Son personas que son buenos para invitar a sus amigos a la iglesia y hacerlos sentir en casa. Los que tienen este don se preocupan principalmente por los que están fuera de la iglesia y no conocen a Cristo. Es importante recordar que todos los cristianos tenemos que compartir nuestra fe, pero los que tienen este don nos pueden ayudar y alentar en como hacerlo. Los que tienen este don son esenciales al abrir un nuevo grupo celular en casa o al comenzar una nueva iglesia. Este don les da una habilidad especial de “juntar gente.”

Ejemplos: La mujer samaritana (Juan 4), Luis Palau, Billy Graham.

Apóstol. Este es un don también no muy entendido en la iglesia anglicana o evangélica en general. Por los abusos que se han visto a veces preferimos ignorar o evitar hablar de este don. Nuevamente les recuerdo que Efesios 4 habla de “dones” no “títulos.” Para recobrar la “misionalidad” de la iglesia (una cultura y vision misionera) tenemos que recobrar un entendimiento bíblico de este don.

La persona que tiene el don de apóstol anhela como Pablo ir a “donde nunca antes se había oído hablar de Cristo para no construir sobre bases puestos por otros”  (Romanos 15:20). Los que tienen este don tienen dos pasiones: unidad y misión. Ellos entienden que la misión de Dios es un producto de la unidad de todos los miembros del cuerpo de Cristo. Misión no es el trabajo de un solitario pastor o “plantador de iglesia.”

Los que tienen este don tienen una habilidad especial de compartir visión y ver nuevas posibilidades y sueños. Les encanta ayudar a los demás a descubrir y usar sus dones y desarrollar nuevos líderes en la iglesia. Este don es esencial para que una congregación desarrolle un ambiente misionero, crezca y se multiplique.

Obispo anglicano Festo Kivingare 
Ejemplos: Apóstol Pablo, Juan Wesley (Fundador de la Iglesia Metodista), Ignacio de Loyola (Fundador de los Jesuitas), Tim Keller (Pastor y fundador de la Iglesia Redeemer en Nueva York, EE.UU.), Heidi Baker (Misionera en Mozambique, África que ha ayudado en la plantación de más de 1,000 iglesias), Obispo anglicano Festo Kivingare de Uganda que ayudó a plantar muchas iglesias durante el gran avivamiento en África oriental durante los años sesenta y setenta.

Como hemos dicho es posible que personas con ciertos cargos no tengan los dones necesarios para ese cargo o puesto. Es esencial, entonces, para la salud de la iglesia, que líderes tengan los dones necesarios para el cargo que ejercen. En nuestros contextos de plantación como Sociedad Misionera de San Pablo normalmente buscamos a personas que tienen el don de pastor para ejercer el cargo de  “ministro o pastor laico” (el título “catequista” es usado en África oriental). El que tiene el don de apóstol, normalmente también comienza como ministro laico en una congregación específica pero rápidamente se ve (a través del fruto de la multiplicación de congregaciones y grupos pequeños) que su llamado abarca más que una sola congregación sino toda una región o área. Los que tienen el don de maestro pueden ser predicadores o maestros laicos. Siempre se reconoce el don por su fruto y es importante recordar que cualquier título o cargo se da después de ver fruto y ministerio maduro-- no antes para no dar a entender que un título es un requisito necesario para ministrar o servir en la iglesia. Recomendamos que la ordenación también se discierne principalmente a través del fruto de trabajo y ministerio ya realizado, no como un requisito para poder servir en la iglesia o como un premio ganado por cierta cantidad de estudios. Esto evita muchos problemas y da libertad a la expansión de la iglesia.

¿Cómo puedes descubrir tu don o dones? Los dones se descubren cuando uno sirve rodeado por el cuerpo de Cristo.

Algunas ideas:
1)      Intenta servir en diferentes áreas o ministerios de la iglesia donde quizás no has servido antes (ministerio de niños, coro, bienvenida, etc) y habla de tu experiencia con un líder o mentor de confianza. 
2)      Habla con tu pastor o, aún mejor, tu equipo de plantación y pregúntales que dones ellos ven en ti. 
3)      Pon esto en oración pidiéndole al Espíritu que te ayude a descubrir los dones que el te ha dado.

Al concluir recordemos que el único que tiene los cinco dones en perfección es Cristo mismo. Ningún cristiano individual tiene todos los dones, pero como su Iglesia, el cuerpo de Cristo unido si los tenemos. Cuando nos unimos y trabajan juntos el cuerpo crece, se expande, y continúa el trabajo que Jesús hizo cuando Él estaba en la tierra.

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